Una histeria innecesaria, así como descabellada abandoné cuando te vi.
Sentí estragos en el pecho, del más loco frenesí.
Abundancia de promesas, y una súplica de ayuda para ir juntos a la luna.
Abundancia de promesas, y una súplica de ayuda para ir juntos a la luna.
Pasional como sutil me arrebataste el cielo y lo adornaste
Y con el tiempo me enseñaste Que es el amor y que en la cama no hay restricción
Hoy sé que no debe existir placer como admirarte reír.
Nunca va a haber otra hombre que me ame así.